lunes, 17 de septiembre de 2012

Posdata, te quiero.

Tarde. Sé que es tarde. Demasiado tarde para decidir. Ni siquiera sé que hago aquí. Cada día intento encontrar miles de razones por las que debería continuar, seguir adelante. ¿Y tú? ¿Y yo? ¿Qué se supone que debo de hacer ahora? El tiempo ha pasado, sí, suelen decir eso de que el tiempo pasa y nunca se detiene. Es verdad. Pero lo que sí es verdad esque jamás nos damos cuenta en el momento adecuado de lo que tenemos. Nunca valoramos a tiempo. Pero, ¿Cuál es el momento adecuado? No lo sé. Ahora ya no estás. Tú no estás, y parte de mi vida tampoco. Se ha ido, se ha esfumado. El ritmo de la vida sigue igual, todo sigue igual, como siempre. Nada ha cambiado. Sólo una cosa. Yo. Ahora vivo de recuerdos, me alimento de recuerdos, de pensamientos hacia a ti. Día y noche. Una tras otra. Tú, tú y tú. Pero, ¿por qué? Ni siquiera sé la respuesta a todo esto. ¿El destino? ¿Casualidad? Creo que las casualidades no existen. Creo que todo pasa por algo, por alguna razón. Que nuestros caminos se tendrían que haber juntado tarde o temprano. No sé si para juntarse o separarse. Pero si para cruzarse. Ni siquiera sé si esto ha terminado. Sólo hay una manera de saberlo, de acabar con todo esto, de tener una solución. El tiempo, que pase el tiempo. El tiempo decidirá lo que nos espera a cada uno. Si debemos compartir nuestro destino una vez más, o como ya he dicho, es demasiado tarde.

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