lunes, 17 de septiembre de 2012

Mis párpados pesan cada vez más. Mi corazón cada vez va más lento, ya no me guía, ya no quiere ser mi amigo. Se ha cansado de toda esta mierda. ¿Cuentos de hadas? Eso solo son mentiras. Mentiras, mentiras y más mentiras. No existen. Llevo arrastrando ya demasiadas cosas desde hace mucho tiempo. Cada vez son más. Pero el silencio me puede. El silencio es más grande que cualquier palabra. Mi mente grita por dentro. Está histérica, nerviosa. Nadie la escucha. Por más que grita nadie la escucha. Se desgasta la voz a gritos. La angustia me rodea cada vez más. Cada vez se acerca más a mi. Le digo que se vaya, pero no se va. Y el amor cada vez está más lejos. Apenas lo veo. A mi amor, mi amor que siempre existió pero nunca estuvo presente. No sé si el mundo está al revés o si soy yo la que está cabeza abajo. Si soy compatible con todo esto que me rodea. No lo sé. No sé nada. Me paso la vida esperando algo que nunca llegará. Esperando a que todo pase, pero nunca pasa. Esperando a que vuelvas, y que no lo hagas. Son muchas cosas ya. Demasiada angustia. Angustia por todos lados. Cada vez se hace más grande. Pero nada la puede parar. Sólo una persona. Una persona que ya no está y que supongo que jamás volverá. O puede que sí. Duda. Duda tras duda. Lágrima tras lágrima que acaban formando un río interminable. Un río que desemboca en... nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario