lunes, 17 de septiembre de 2012

Aquel verano.

Vuelta a lo de siempre. La misma rutina. Las mismas personas. Las mismas paredes. La misma vida que hace tres meses atrás. Sí, otro año más. El tiempo va pasando. Y cuando parece que todo empieza en realidad acaba. Todo acaba. Todo empieza. El tiempo jamás se detiene. Parece que fue ayer cuando empezaban las vacaciones de verano. Y hoy se acaban, hoy se acaban y vuelve a empezar la rutina. El levantarse por la mañana. Lo de malgastar miles de horas estudiando. Supongo que así es la vida. ¿Y qué ha sido del verano? El verano quedó en el aire. Sí, otro verano más para recordar. Al cajón de los recuerdos. Otro verano gastado. Uno menos. ¿Y cómo ha ido? Supongo que ha ido bien. Podría haber ido mejor, pero también podría haber ido peor. No ha sido un verano aburrido. Al fin y al cabo, ningún verano es aburrido, o al menos eso creo. Eso de levantarse por las mañanas a la hora que te apetezca, abrir la persiana y ver el Sol. El gran Sol que te saluda todos los días. Y playa, agua,  olas, arena, risas, diversión, felicidad. Sí, creo que esa es la palabra adecuada para definir el verano. Felicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario