domingo, 25 de noviembre de 2012

Ayer.

 Te sigo esperando. Todavía me duele recordarte. Aún recuerdo tus ojos entre la multitud de la gente. Y te veo. Cierro los ojos y todavía te veo. Te veo allí, mirándome. Y me entran ganas de llorar. Me entran ganas de ir corriendo y abrazarte. Abrazarte como nunca nadie lo había hecho. Puede que el tiempo haya pasado, y muchas cosas hayan cambiado. Pero tú y yo seguimos siendo los mismos. Aquellos que mataban por estar juntos, y nunca lo estuvieron. Pero ahora es tarde. Y solo queda esperar a que el destino quiera o decida volver a juntarnos. Hasta entonces cuídate y recuerda que sigo aquí, queriéndote, que no te he olvidado, y que nunca lo haré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario