viernes, 5 de julio de 2013

"Para llegar ahí, primero tienes que hacer esto".

La sensación de que todo te sale mal. De que eres inútil. De que hagas lo que hagas, saldrá mal. De mirar a tu alrededor y ver que todo el mundo tiene razones para ser feliz, que a ellos todo le sale bien, y que siempre tienen a su lado a alguien que les quiere. Puede que yo también tenga a alguien que me quiere, de mi familia, pero tampoco es que lo demuestren mucho.
Últimamente noto que todo lo que hago me sale mal, en relidad siempre he sido torpe desde pequeña. Y también despistada, bastante. Pero no sé, no me refiero solo a las acciones materiales, sino a todo en general.
A veces me pongo a pensar en mi futuro, en cómo acabaré.
Estoy harta de escuchar la maldita frase "Para llegar ahí, primero tienes que hacer esto".
Quizás acabe detrás de un mostrador, o en un escenario, quién sabe. La verdad es que es uno de mis sueños, pero también es cierto que está mucho más lejos de todas mis posibilidades. Porque aquí el principal organizador de todo, del mundo en general, es el dinero. Miles de personas se mueven cada día de un lado a otro, ceden todo su tiempo y sus acciones al maldito dinero. Y es que al final mueve el mundo. Y para mí eso es injusto, es realmente injusto.
Probablemente haya personas dotadas de especialidad para hacer algo, que de verdad les gusta, y que de verdad sirven para hacerlo. Que tienen una gran capacidad para hacer una actividad, y sin embargo, no tienen estudios porque puede que lo que tienen que estudiar para llegar ahí, no les gusta o no se le dé bien. O  simplemente, porque no tienen suficciente dinero para pagárselo.
Sin embargo, muchas personas tienen la oportunidad de poder dedicarse a ello, porque ellos sí tienen estudios o poseen suficiente pasta para pagárselos. Es absurdo, y siempre me lo parecerá. Cada uno es libre de poder hacer lo que quiera en este mundo, de poder demostrar a todos lo que realmente vale, pero muchas puertas para estas personas que de verdad quieren dedicarse a algo y no pueden, están cerradas.
El mundo gira en torno a la satisfacción de los superiores, políticos y esas mierdas. Estoy segura de que muchas personas que ahora están limpiando casas, o pasando productos de un supermercado a través de una cinta negra que no para de girar infinitamente, hora tras hora a lo largo del día, tienen mucha más capacidad y valen mucho más que cualquier otra que haya llegado a donde está por unos simples billetes o conocimientos.

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